viernes, 3 de mayo de 2013

Hoy celebramos el día de la cruz

En Granada hay dos tradiciones antiguas por las que se celebra el día de la cruz, con dos visiones muy distintas de ver la fiesta, por un lado la celebración de la primavera y por otro la celebración de la conversión de los árabes (residentes en Granada) al cristianismo. 

Todas las culturas, desde la más remota antigüedad, han celebrado la llegada de la Primavera con rituales de consagración a los dioses de la Naturaleza. Para las sociedades agrícolas contar con el favor de estas divinidades tenía una importancia trascendental, ya que de las cosechas dependía gran parte de la subsistencia.

En la antigua Roma, las fiestas de la Primavera se vinculaban a la diosa Flora. Las Floralias tenían lugar a finales de Abril y primero de Mayo.

El Concilio de Nicea fue decisivo para consolidar la Cruz como emblema contra los paganos. Constantino y su madre Santa Elena propiciaron este pensamiento difundiendo la leyenda de la aparición milagrosa de la Cruz, que alentaba al emperador en su lucha contra los infieles, bajo la consigna In hoc signo vincis (Con este signo vencerás). Durante la Edad Media se convirtió en señera épica contra el Islam. Durante el Renacimiento, todavía quedaban vestigios de los cultos paganos greco-romanos en muchos países de Europa, como es el caso de Italia, Francia o España, que el periodo Barroco llegó casi a extinguir.


La Iglesia se esforzó por borrar todo vestigio pagano, condenando el desenfreno y lo que calificó de libertinaje de la la fiesta. En el caso de las cruces de Granada y Andalucía en general, la tradición se vincula a la antes citada Leyenda de Constantino y su madre, Santa Elena.


Seguramente, siguiendo la tradición intimista de los carmenes árabes, en Andalucía la fiesta de la Cruz de Mayo se celebraba antiguamente en el interior de las viviendas. En sus patios construían altares en los que se levantaban cruces adornadas con guirnaldas de flores. Junto a ellos se ponían como adorno objetos de prestigio. Aunque la intención era de honrar con las mayores riquezas el símbolo cristiano, no dejaba de ser una muestra de ostentación de riqueza, muy cuidada, por parte de sus dueños. 

Piezas de cerámica, de cobre, mantones de Manila y todo aquello que implicara abundancia, era seleccionado para ser exhibido en esas ocasiones. Plantas, frutas, cereales y en definitiva todo lo relacionado con la vegetación típica de esa estación del año, también tenía en ella su espacio. En torno a la cruz se reunían amigos y familiares, organizando recitales de baile y coplillas , en las que todas tenían como motivo la exaltación de la Cruz y la Primavera.


La música era un elemento que no podía faltar en esta ocasiones. No era raro escuchar algunas cancioncillas populares con letras un tanto irónicas aludiendo a la relación de las parejas, o sencillamente, en tono desenfadado no exento de toques de humor. Incluso llegaban a establecerse rivalidades líricas entre los que las interpretaban, improvisando muchas veces la letra de las canciones. Era una especie de concurso trovero como los que tenían lugar entre los vecinos de las Alpujarras. En los barrios, las clases menos pudientes organizaban cruces colectivas en plazas y corralas, en las que los vecinos prestaban sus mejores ajuares para que sirvieran de adorno en los altares. 

Cuenta otra visión histórica que con la conquista de la ciudad de Granada, se cambiaron las lunas de los quicios de las puertas (símbolo del islam) por cruces como sumisión de los árabes a la nueva situación en la ciudad.Los que no se convirtieron al cristianismo, abandonaron la ciudad y los que lo hicieron, cambiaron el símbolo que presidia las puertas de sus casas.






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